viernes, 7 de diciembre de 2007

Adviento; Tiempo de Preparación y Reflexión


Démosle sentido a nuestra Navidad.

Es cosa de mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta que todo nos recuerda que la Navidad está muy cerca, pero los medios de comunicación a través de sus anuncios no nos recuerdan exactamente el sentido verdadero de esta fiesta, que para nosotros los Cristianos debería significar mucho más; debería ser una fiesta que nos haga recordar el regalo que nos entregó Dios al enviar a su Hijo amado para nuestra liberación. Por otro lado, debería ser motivo para vivir la presencia salvadora de Cristo, en nuestras vidas, en el aquí y en el ahora. Y por último, debemos recordar que también nosotros vivimos un tiempo de espera para la segunda venida de Cristo, para mostrarnos toda su majestad.
El tiempo litúrgico que nos invita a vivir la Iglesia por estos días, el tiempo de Adviento, nos invita a prepararnos de forma especial para este acontecimiento tan esperado por algunos, y tan cansador para otros. Digo cansador, porque pienso en los que están aprisionados por estos días por el mundo consumista que nos rodea; pienso en todos aquellos que no duermen tranquilos pensando de dónde van a sacar dinero para comprar ese regalo tan caro para sus hijos. Si la Navidad se ha transformado en éso, les puedo asegurar que hemos perdido el norte de esta celebración, y que como Cristianos hemos perdido el rumbo. No niego que los regalos son buenos, cuando se entregan con cariño y dedicación. Pero lo mejor es entregarse uno mismo, entregando su tiempo, dedicación y cariño. los regalos son buenos cuando nos llenan el corazón de gozo; pero cuando se convierten en una preocupación más, pierden el sentido.
Dediquemos este tiempo hermoso para vivirlo en familia, para reflexionar sobre lo central de la vida, del amor incondicional que nos tiene nuestro Padre.
Un motivo para darle sentido a nuestra Navidad es la posibilidad que nos entrega Correos de Chile. Durante todos los años Correos de Chile recibe cientos de cartas de niños necesitados, que con mucha esperanza escriben una carta al “Viejito Pascuero”. Los regalos que piden, muchas veces no sobrepasan los $ 2.000 pesos. Son cosas, en la mayoría de los casos, que otros niños no pedirían. Es sorprendente leer cómo una niña de 7 años pide un pollo asado, para así poder celebrar la noche de Navidad junto a su familia. Sorprende cómo un niño pide útiles escolares, otros piden un poco de mercadería. Y si uno sigue buscando en las cartas, puede encontrar cosas aun más sorprendentes. Pero en resumidas cuentas la mayoría de los niños piden cosas que a nosotros nos son tan cotidianas, y en la mayoría de los casos ni siquiera lo piden para ellos, sino para sus hermanos o familiares.
Correos de Chile nos invita a apadrinar a una de estas cartas, para hacer realidad los sueños de estos niños. Para esto solo debemos acercarnos a la oficina de Correos más cercana. Para mayor información, visiten www.correos.cl. Ahí podrán encontrar más información.
Atrévanse y verán cómo su Navidad tomará un nuevo sentido. ¡Feliz Navidad!



Daniel Acuña San martín,O.P.
Formador Nacional MJD-Chile